Nochebuena

Nochebuena

Hoy es Nochebuena y he salido de Bengkulu bastante pronto por la mañana, y ya con mi nuevo visado que me permitirá estar otro mes más en Indonesia.
En esta zona de mayoría musulmana apenas se percibe la Navidad, unas fechas que a mí me gustan más bien poco.
Después de estar todo el día pedaleando y ya pensando en buscar un sitio donde acampar, a la derecha de la carretera, sobre unas lejanas colinas entre plantaciones de cacao, veo el campanario de una iglesia que destaca en medio de un paisaje en el que proliferan los árboles de cacao.
Pregunto a unos paisanos de que manera puedo llegar hasta allí, y me indican unos caminos de arena.
El camino de arena atraviesa un asentamiento de trabajadores de las plantaciones de cacao, y continuando un rato más llego a la iglesia que es luterana.
Pregunto por el pastor de la iglesia y le pido permiso para montar la tienda en la explanada con un césped muy bien cuidado que hay frente a la iglesia.
Extrañado por la presencia de un extranjero en aquel remoto lugar, justo en Nochebuena, sin pensárselo me invita a pasar la noche en su casa con su familia.
En ese momento ya se habían congregado allí decenas de personas que me observan con curiosidad.
Muchos de ellos también me invitan a que comparta la cena con ellos en sus casas. A diferencia de cualquier cena en occidente, es una cena muy normal y humilde, ya que aquí la Navidad se basa en algo más que el consumismo y el atiborrarse de comida.
No me libro del plato de arroz ni en Nochebuena.
Antes del oficio, la hija mayor, ensaya las canciones que más tarde cantará durante la celebración de la misa, el hijo mediano  practica con el organillo, y la más pequeña practica su inglés haciendo de intérprete para que su padre y yo podamos entendernos.
Eran ya las 8 de la tarde y yo estaba reventado, después del madrugón y todo el día pedaleando, pero yo tenía que asistir a la misa que se iba a celebrar a las 10 de la noche. No por creencia, sino por la situación en la que me encontraba, no era un sentimiento de cortesía ni de obligación, no sé como explicarlo, pero pretendí corresponder a la hospitalidad que me brindaban.
Entre mis alforjas la ropa mas apropiada que tenía eran unos pantalones cortos que me compré en un mercado de segunda mano en Kampala, Uganda, que obviamente no eran para la ocasión así que el pastor me dejó prestados unos pantalones y una camisa. No me veía yo así de arreglado desde la última boda a la que asistí.
Casi sin darme cuenta me vi sentado en la primera fila de la iglesia y sentía como los cientos de fieles allí congregados me observaban. A mi derecha tenía a la hija menor, que durante toda la ceremonia estuvo ayudándome  para que no perdiese el ritmo del rito de la celebración y el protocolo.
Me dio unas hojas de papel con los rezos que estaban escritos en un idioma del norte de Sumatra, y durante las 3 horas que duró la misa estuvo asegurándose de que cantaba el párrafo apropiado, y ella me señalaba constantemente el párrafo que estaba leyendo el pastor.
Lo peor era el momento en que había que ponerse a rezar, ya que todo el mundo cerraba los ojos, pero yo como los cerrase mucho corría el riesgo de que no los volviera a abrir y me quedara dormido, y más sin saberme ni el padre nuestro.
Lo mejor fue el momento de darse la paz, ya que todos los presentes en la iglesia se desplazaron hasta la primera fila donde yo estaba para darme la mano.
Ya llevábamos más de 2 horas de misa, y cada vez que había que cantar, tenia a la hija menor comprobando que yo cantaba y si no lo hacía, me señalaba el párrafo que yo intentaba seguir más o menos.
A la hora del sermón el sacerdote habló de mí, de “Mister Xavierus from Spain”.
Me pidió que me levantara, y así lo hice, para saludar a la gente.
Tras 3 horas de oficio y yo pellizcándome  para mantenerme despierto y sufriendo para intentar no bostezar, llegó aquel momento que me llenó tanto de recuerdos de mi infancia y a mis padres que me obligaban a ir a misa siempre que íbamos al  pueblo de mis abuelos.
Me acordaba perfectamente que tras darse la paz queda ya muy poco para que la misa termine.
La comida importante la celebran el día de Navidad, donde se reunirían cientos de personas para comer en la explanada de la iglesia después de finalizar la misa, pero mi cuerpo no podría aguantar otra misa más, así que a la mañana siguiente, muy pronto, cogí la bicicleta  y seguí mi viaje hacia Padang después de agradecer al pastor, a su familia y a todo el pueblo que parecía que se había congregado allí para despedirme.
Me dio mucha pena despedirme, porque de verdad que me trataron como si fuera de la familia.

8 thoughts on “Nochebuena

  1. Hola Javier, ¡Feliz Nochebuena! no voy a podre escribirte mucho porque algunos de 5ºB nos vamos a la nieve a esquiar, pero el problema esque no se esquiar en la nieve, que pena , pero seguro que paprendo muy rapido a esquiar, porque es como jugar a un juego de la wii, que no sabes como se juega, pero luego eres un ¡crak!.Espero que te gusten mis mensajes, si me quieres escribir solo tienes que entrar en :gmail correo, y hacrete una cuenta.Bueno te dejo , muchos besos Almudena.

  2. Hola Javier, se me a olvidado hacerte una pregunta ¿Té gustan los perros?yo te lo pregunto prque yo tengo una perrita muy mona, pero echa un toro salvaje que muerde todo lo que pilla, hasta m se ha comido los ojos de mis peluches, al final se van a quedar todos ciegos como siga así.Muchos besos Almudena.

  3. escribete ahi algun parrafo de la misa, y nos la cantas a la vuelta, pero sin ir a la iglesia!un besazo javierin

  4. thanks mr.javior for your posts,because for my family,you are my cristmas guests
    you are part of the family even if only briefly
    thank you

  5. Kabir!!!!
    No me jodas que te nos has vuelto monaguillo? Al menos te habran dado vino no? Aguantar 3 horas de misa bien merece una beatificacion, pasare informes a Roma, San Kabir
    Un abrazo desde Nueva Zelanda, la tierra del viento

  6. Que momentazo… que y lindísima la niña ocupándose de tí… 🙂
    Unas Navidades diferentes tío, que envidia me dás… ¡¡Feliz año coño!!

  7. Que bonito Javi, y que bien contado. Es la suerte, el destino, la casualidad..ni a miles de Kms pudiste saltarte un dia que a algunos, ni nos va ni nos viene, pero si el calor y el amor que parece inevitable, por lo menos ese dia del año.-.olee!!

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