Hospitalidad tibetana

Hospitalidad tibetana

Tan sólo llevo una semana pedaleando por la meseta tibetana y la relación que he tenido con los tibetanos ha sido tan profunda como humana.

Si me veían montar la tienda se acercaban curiosos y luego me traían leche de yak, comida o cualquier otra cosa que ellos pensaran que me podría se útil.

En las noches de tormenta me han acogido en sus humildes hogares, y hablando de estás familias nómadas, el hogar se refiere a un techo de plástico, un fogón en medio, y una alfombra de piel de yak que protege del frío a la hora de dormir…

Al tercer día, el calabobos que me estaba amargando el día, se había convertido en una tormenta, y mientras subía el  puerto me fue imposible encontrar un lugar donde acampar; con fastidio comprobé que el único espacio llano estaba pegado al arroyo, son esos lugares que en la vida se me ocurrirían utilizar para plantar la tienda.

Toca seguir subiendo y al final aparezco en un collado desde donde puedo divisar que no muy lejos  hay una cabaña con una chimenea  de la que sale humo…allá me voy. .  a buscar refugio.

Son pastores que se dedican a la trashumancia y están en los pastos de verano y llevan a sus yaks de un lado para otro…

Me acerco bajo una fuerte lluvia y grito el saludo tibetano:

-Dashi delek!

Se asoma por la puerta un niño pequeño que me hace señas para que me acerque. Me invita a pasar y con gestos me indica que desmonte las alforjas para meterlas en la cabaña y bajo la lluvia sale a ayudarme.

Tan solo conseguí averiguar su edad, 5 años, pero parecía un hombre adulto en un cuerpo de niño…

Su padre no estaba, había salido a vender al pueblo más cercano, y su madre ordeñaba a los yaks,y mientras él se encargaba de cortar leña…

…y mantener la tetera caliente, es lo habitual en el Tíbet, con su té de manteca de yak.

La madre, una mujer tímida y poco habladora,estaba  ocupada preparando la leche para hacer queso.Tenia grandes rasgos tibetanos y aunque sonreía poco, era muy fácil arrancarle una leve sonrisa…

Al anochecer, llegó el padre, un hombre alegre y amable que no paraba de ofrecerme cosas. Té, momo (buñuelo tibetano hecho con masa de harina blanca), queso y todo aquello que pudiera.

Dormimos todos sobre el suelo encima de una piel de yak, pero no sin antes regalarme una buena pieza de queso de yak.

Al levantarme el padre y la madre ya habían salido para cumplir con sus trabajos y sólo quedaba el pequeño, que se encargaba  de la tareas de la cabaña.

Me dio mucha pena despedirme de él. Salió hasta el medio del camino para decirme adiós. Permaneció allí quieto agitando sus manos hasta que me vio desparecer a los lejos.

Ya estoy, otra vez, bajo la maldita lluvia, y hoy me espera el paso Kuluku , de 4708 metros.

19 thoughts on “Hospitalidad tibetana

  1. Hola Javier,
    Qué maravillosa experiencia. Y qué magníficas fotos en las que nos muestras las maravillosas gentes que encuentras en tu camino y esos paisajes que no son solo postales si no la evidencia de que esos territorios son duros y bellos a un tiempo. Me identifico con tus motivaciones para esta experiencia (viaje, activismo pro-solución de conflictos, etnias, fotografía, cultura asiática,…) y cada vez que veo un nuevo post tuyo reconozco que me gustaría estar contigo acompañándote en esta experiencia y aprendiendo muchas cosas, pero siendo sincero tengo que admitir que posiblemente no tenga la suficiente valentía que se requiere para embarcarse en esta aventura.

    Así pues, reconozco tu enorme valentía, te apoyo y te animo a que continúes.
    Gracias por postear esas fotos y comentarlas contándonos qué ves.

    Un saludo.
    Juan Antonio.

  2. tu mejor post. me has llegado, y las fotos son realmente expresivas…y que mal te deja el cuerpo cuando te vas y sabes que no vas a volver a ver a esa gente… en fin.

  3. Te escucho por radio me parece que son los viernes y ahí cogí tu Email, es fabuloso deambular por esos mundos, por cierto maravillosos. Soy de SANTANDER y seguiré ahora en contacto con tus “paseitos”. Mucha suerte en todo para tí. Un abrazo.

  4. Que gran ejemplo de amor y fuerza dan estas personas que luchan tanto en la vida. Entre ellas tú. No dejes de pedalear y APRENDER. Adelante…. Saludos desde Valencia-España.

  5. Tu viaje me ha enganchado! Todos los días miro si has puesto un nuevo post.

    Fotos espectaculares, ya sea un paisaje o un rostro

  6. Javier, este mes pude oirte por Ser Aventureros por segunda o tercera vez en ese horario peculiar a las seis de la mañana. Una maravilla lo que estás haciendo, nada que ver con la marabunta de viajes de todo tipo de usar y tirar que es lo que se lleva ahora. Espero seguirte en tu periplo mundial con más asiduidad y que tus padres te sigan llevando latas de mejillones y demás delicatessen de ese tipo de vez en cuando.

  7. Genial el post, conmovedor. En un mundo tan hostil, cuando te encuentras con gente que lo da todo por nada y encima con una sonrisa, no puedes pedir más. Las fotos son increibles, te felicito. Somos muchos dando pedales contigo. Un abrazo de un cooperante extremeño desde San Ignacio de Velasco, en la Chiquitanía boliviana. Suerte!

    Javi

  8. Hola Javi.
    Al volver de vacaciones y conectarnos otra vez a tu blog vemos que te vas superando, cada dia haces fotos mas impresionantes y tus historias cada vez son mas conmovedoras.
    Muchos besos y mucho ánimo.
    Por cierto, en el concurso vas arrasando. Enhorabuena.

  9. Casi se me cae el lagrimón nano!!. Voy loco por ir por ahi.
    Me alegro de que sigas viviendo estas experiencias.Así se aprende, no en dentro de una aula.O al menos eso creo yo…
    Salut!!!

  10. ¡Bellísimo post! Me ha emocionado mucho.
    Como siempre te envío mucha fuerza y ánimo. Es maravilloso poder seguir tus viajes a través de este blog.

    ¡Un abrazo!

  11. gracias javi por hacernos soñar.. y compartir con nosotros esos momentos, por un momento me he visto durmiendo con vosotros sobre la piel de yak

  12. Después de 15 días, de nuevo estoy viendo por donde te encuentras. Tus etapas son fabulosas y no digamos tus fotos tan bonitas y entrañables. Esta mañana he oído la SER para saber de tí, y ahora en tu e-mail veo mejor tus andanzas. Cuídate y mucha suerte en tus correrías.

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